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Sant Antoni es un barrio barcelonés del distrito del Ensanche Izquierdo muy céntrico y con buenas conexiones de autobuses de la TMB y metro de las líneas L1, L2 y L3 Está limitado por la Gran Vía de las Cortes Catalanas(en su tramo comprendido desde la plaza de España hasta la plaza de la Universidad), ronda de San Antonio, ronda de San Pablo y el Paralelo (hasta la plaza de España). A 15 minutos encontramos la Plaça Catalunya donde hay conexiones de trenes de Cercanías y el Aerobus al aeropuerto.
Centro neurálgico lo constituye el mercado de San Antonio, que ocupa la manzana delimitada por las calles Conde Borrell, Manso, Conte d'Urgell y Tamarit. Fue construido a finales del siglo XIX y es muy popular debido a su feria semanal de libros viejos y material de coleccionismo que se celebra cada domingo por la mañana. Los comercios de la ronda de San Antonio y de las calles de epúlveda y Floridablanca incluyen un gran número de establecimientos de venta de material informático.
La avenida de Mistral, que a partir de 1995 se convirtió en un espacio exclusivo para viandantes, es la arteria más viva y dinámica del barrio. En el barrio existe un cine multisalas, el Renoir Floridablanca (con siete salas especializadas en películas de autor y en versión original).
Sant Antoni cuenta también con el gran Centro de Atención Primaria Manso, gestionado por el Instituto Catalán de la Salud (ICS) y situado en la confluencia de las calles Manso y Calabria, el cual proporciona cobertura asistencial médica a todo el barrio y también a la población de los barrios vecinos del Raval y de la Izquierda del Ensanche.
Por lo que hace referencia a la enseñanza, dispone de 11 escuelas privadas, 9 públicas y 8 concertadas. Al final de la Ronda de Sant Antoni encontramos la plaça Universtiat, con el edificio histórico de la Universidad de Barcelona, construido a finales del siglo XIX con las facultades de matemáticas y de filología. La asociación de vecinos del barrio tiene su sede en la avenida Mistral n°30, entre calle Calàbria y Rocafort.
El edificio cerró en el 2007 para su remodelación integral. El Ayuntamiento de Barcelona y el Instituto Municipal de Mercados de la ciudad convocaron un concurso para reformarlo. El proyecto de restauración ganador fue el de los arquitectos Pere Joan Ravetllat, Carme Ribas y Olga Schmid. Durante las obras de remodelación se encontró el baluarte de Sant Antoni, uno de los 11 que tenía la muralla medieval, una masía agrícola del siglo xvi e incluso un tramo de vía romana, que se mostrarán en zonas museísticas incorporadas al proyecto de restauración. Tras su reforma, el mercado ha ganado en superficie (ocupa 30.000 m2, de los cuales aproximadamente la mitad se destinan a superficie comercial). Además, se han recuperado los antiguos patios interiores como plazas públicas.
El barrio de Sant Antoni dispone de un mercado con instalaciones completamente renovadas en una zona en la que han aparecido, durante la última década, un gran número de nuevas tiendas, bares y locales de ocio, que lo han situado como uno de los distritos con más vida de Barcelona.