Desde los sectores públicos y privado recomiendan 'escuchar' a la demanda del mercado inmobiliario y modificar los planeamientos urbanísticos
¿Cómo afecta a la crisis de la vivienda la modernidad? El día a día es distinto hoy respecto hace medio siglo, con núcleos familiares reducidos bajos, un descenso galopante de la natalidad y distintas estructuras familiares. Las personas, actualmente, tienen necesidades y prioridades distintas.
Eso, precisamente, es lo que han debatido el director general del INCASOL, Jaume Vendrell, y el CEO de Idealista / data, Daniel Pozo, en el marco de la tercera edición del foro Barcelona Desperta, celebrado este miércoles en la capital catalana.
Catalunya no necesita 50.000 viviendas como las anunciadas por la Generalitat, va a necesitar 500.000 en la próxima década, ha aseverado Vendrell. Se trata de una emergencia que requiere de una inminente participación del sector privado.
Ello se debe a la llegada de migración, pero también a los nuevos modelos familiares. Sin un papel protagonista de las promotoras privadas no se llegará a la cifra, por lo que hay que ofrecer un marco que ayude a que estas últimas vuelvan a colocar su mirada sobre Catalunya.
La participación pública
¿Cómo se logra? Con una participación pública que facilite y agilice procesos y trámites. También con los incentivos fiscales necesarios para favorecer la entrada de actores privados, analiza.
Propone algunas ideas, como modificar los planeamientos urbanísticos que, bajo su análisis, han ido añadiendo capas de dificultad en las últimas décadas. Ello permitiría devolver al mercado, sin ir más lejos, los bajos comerciales sin uso para satisfacer la demanda social.